Cuando mi amigo Antonio me encargó escribir este artículo, no pude negarme. Al fin y al cabo, ha sido mi amistad con él la que, al final, me ha solventado la vida. Y me dijo que hablase de Black Latte y de mi experiencia.
Ahora, soy una chica feliz.
Acompáñame en esta pequeña historia de lo que me ha pasado este último año. Prometo contártelo todo, y sin que te aburras. No te preocupes, se lee en un momento.
A cambio, vas a conocer cómo resolver el problema que no te deja dormir.
Porque si a mí me cambió la vida, a ti también.
La felicidad es lo que importa en tu vida
Que nadie te diga lo contrario: lo que importa es ser feliz.
Y cada uno de nosotros decidimos como serlo.
Yo era una chica gordita, y cada día que me levantaba, me decía que me encontraba bien con mi cuerpo. Que no era lo importante.
Yo solo quería tener un buen novio, sentirme guapa, y disfrutar de los pequeños placeres.
Pero cuando descubres que la mayoría de las cosas que te gustan están al alcance de otras personas, pero no de ti por culpa de tu cuerpo, las cosas se empiezan a oscurecer.
Y en ese punto me encontraba hace un año. Y casi diría que eso te está pasando a ti también.
Pero te digo algo, se puede conseguir tener un cuerpo bonito de nuevo.
El sobrepeso es un problema serio
Me hace gracia la cantidad de personas que se ríen de la gente que tienes kilos de más, y creen que pueden darles “consejos” del tipo “deja de comer”.
A mí, los kilos de más me estaban matando… literalmente.
No es que mi salud estuviera resentida (que también, padecía dolores de piernas y otros efectos secundarios de estar gordita), sino que toda mi vida carecía casi de sentido.
Cuando era una adolescente, era muy coqueta. Me encantaba tontear con los chicos y, admitámoslo, me reía con mis amigas cuando hacían el payaso intentando salir conmigo.
Me gustaba eso.
Pero con los años, poco a poco y sin darme cuenta, las cosas comenzaron a torcerse. Empecé a ganar kilos. Y no supe pararlo.
Todo se inició cuando me cambié de trabajo, y acabé en Madrid currando 12 horas al día en un call center. Comía lo que pillaba, y estaba sentada delante de un ordenador casi todo el día. Tampoco tenía tiempo de ir al gimnasio.
Y para colmo, el dichoso estrés hacía que comiese compulsivamente.
Así entré en el maldito mundo del sobrepeso. Y lo peor es que, conforme engordaba, más me deprimía y estresaba, agravando el problema.
Toda mi existencia se vino abajo con cada cuchicheo y risa a mis espaldas.
El peso va en tu alma y en tu cuerpo
Te lo diré claramente: los kilos no solo van en tus muslos, glúteos, barriga… sino que se pegan a tu alma. Al final, no tienes ganas de nada, y parece que lo único que te consuela es precisamente comer.
Al principio, trataba de “gustarme” engañándome a mí misma una y otra vez.
Me decía que daba igual lo que opinasen los demás, que si yo me veía bien, podría ser feliz.
Pero no era cierto, no me veía bien, por mucho que forzase la sonrisa.
Al final, todo se convierte en calorías, y te vas haciendo tú misma un espacio vacío en el que nadie entra.
Primer intento y fracaso: las dietas
Un día, me harté de compadecerme y decirme que sí estaba bien, que me gustaba, etc. y me puse a trabajar en una solución.
Y entré en el mundo de las dietas.
Seguía con el trabajo sedentario, así que no podía ir mucho al gym, pero sí me propuse pasarme a la verdura y las cosas sanas (e insípidas).
El resultado: me dio tal estrés y ansiedad que al final acabé ingresada en el hospital.
Estuve al borde de un problema serio de desórdenes alimenticios, de bulimia y anorexia cíclicas, de dolores y mareos continuos.
Los nutricionistas no mejoraron mucho el panorama, aunque consiguieron que bajara unos cinco kilos y dejara de marearme.
Segundo intento y fracaso: las pastillas para adelgazar
Viendo que tenía un problema que estaba por encima de verme un poco “más mona”, empezaron a recetarme medicamentos, más algunos suplementos que tomaba por mi cuenta.
Lamentablemente, tampoco sirvieron de mucho, pues me producían diversos efectos secundarios que resultaron ser peores que el sobrepeso.
Ni siquiera la combinación de dieta y tratamiento parecía ser efectiva.
Para entonces, el tema de la comida se había convertido en una obsesión, y cada vez que me agobiaba, me aburría, me estresaba… todo lo solucionaba de una manera: dulces, chocolates, grasas, comidas calóricas que alimentaban mi ansiedad.
Tercer intento y fracaso: el ejercicio
Gracias a una buena amiga psicóloga, conseguí reunir la fuerza necesaria para seguir mi batalla contra los kilos. Aquello que empezó siendo una cuestión estética se había convertido en una losa que aplastaba todos los aspectos de mi vida.
No podía seguir así.
Cambié de trabajo, y en el nuevo, aunque ganaba menos, tenía más tiempo libre. Me apunté a clases de pilates, aerobic, yoga…
La verdad es que, aunque no perdí mucho peso, al menos me sentía mejor físicamente. Y lo más importante, adquirí el hábito de hacer ejercicio.
Pero no, no funcionó. Me esforzaba, pero la grasa seguía ahí, agarrada como una garrapata.
Pero, unos meses después, llegó la luz
Si tu historia es parecida a la mía, creo que sabrás muy bien cómo me sentía. Y eso que no he hablado de la parte amorosa… te puedes imaginar, un desastre. ¿Tener novio? Ninguno se acercaba, y si alguno lo hacía, o era un tipo raro, o alguien que no me gustaba nada.
¿Tenía que aceptar a cualquier cosa simplemente por mi sobrepeso?
¡Tenía mi dignidad!
Si ahora te ves con kilos de más, con cierto miedo a que te miren, sabes bien de lo que te hablo.
Sin embargo, hará ahora un año, hice un amigo en el gimnasio.
Se llama Antonio, y con él llegó la luz.
Hay solución, se puede ser feliz
Antonio hoy es un chico alto, fibroso, muy guapo. Pero cuando lo conocí tenía una “panza cervecera” bastante pronunciada. Supongo que era “mi alma gemela” en aquel lugar lleno de cuerpos esbeltos.
Simplemente, los dos llamábamos la atención.
Así que un día coincidimos en la máquina de refrescos sacando una bebida isotónica, y empezamos a charlar.
Nos hicimos amigos.
A los dos meses, Antonio quiso quedar conmigo para contarme algo genial. Yo la verdad es que lo veía más estilizado, y supuse que el ejercicio le estaba haciendo efecto. Pero me equivocaba.
Antonio me dijo: “Sara, no te lo vas a creer. Mira lo que he encontrado”
Y entonces me saca de una bolsa una cajita con sobres dentro.
Le brillaban los ojos. Le pregunté qué era, y me respondió:
“Eso es nuestra felicidad”.
Un café de color negro como el carbón
Antonio me contó que hacía un par de semanas llegó su hermano de Estados Unidos, y le trajo un producto adelgazante que por allí está haciendo furor. Encima le había comprado un montón de cajas. Como no creía mucho en ese tipo de historias, se lo empezó a tomar más por hacerle el favor al hermano que por él mismo.
Pero le estaba funcionando.
Cuando me lo dijo, lo miré con escepticismo. Ya había probado tantas cosas que, en fin, tiré la toalla hace tiempo.
Como su hermano le trajo bastantes unidades, me regaló tres cajas. Miré los ingredientes, y me pareció curioso. Y como era natural, pues tampoco pasaba nada por probar. De todos modos, Antonio empezaba a gustarme, y no era cuestión de quitarle la ilusión al hombre.
Los acepté con una sonrisa, y le prometí que empezaría a tomarlos ese mismo día.
Es una especie de café en polvo, negro azabache, como el carbón. La verdad es que está bueno, sabe a café con leche.
Pero es mucho más. Es lo que cambió mi vida.
Black Latte, así se llama mi salvador (¡con el permiso de Antonio!)
Tras empezar a tomarlo, en cuestión de un mes, no me reconocía en el espejo. Estaba adelgazando sí, pero no era eso únicamente… me veía mucho más sana, con más luz, con energías renovadas.
No me lo podía creer. Pero no fue casualidad, porque Antonio… ¡ufff se estaba poniendo buenísimo! ¡Ni rastro de la barriga cervecera!
¿Había resuelto por fin mi problema, tras años de sufrimiento?
Esta ha sido mi historia, y no es magia, es ciencia
Bueno, pues para resumirte el resto, te diré que ahora peso 56 kilos, habiendo pesado 90 kilos. Que soy una deportista y compito en atletismo. Que tengo un tipo que vuelve locos a los chicos. Y que me encuentro mejor que nunca, llena de vida y alegría.
Ya no tengo problemas para ligar, para conocer gente, para hacer amigos.
Me siento segura y feliz.
Y cuando Antonio me pidió que contase mi historia para Tengasalud, no tuve problema en hacerlo. ¡Qué menos!
Este es un relato verídico de mi experiencia, y espero que te sirva.
Ahora te contaré qué es Black Latte, y por qué NO es un producto milagroso ni tampoco un placebo. Black Latte es simplemente pura ciencia, y lo vas a ver.
¡Sigue leyendo un poco más y descúbrelo!
Un descubrimiento de científicos americanos
A Antonio le trajo su Black Latte su hermano directamente de Estados Unidos. Hasta hace poco no se podía comprar en España, y tampoco se conoce mucho por aquí.
Por resumirlo, Black Latte es un producto que se basa en la acción del carbón activado, complementado con diversos principios activos naturales que potencian la capacidad adelgazante.
Muchas estrellas y famosos americanos ya lo usan habitualmente. La verdad es que te cambia la vida.
Los efectos de Black Latte
Cuando empecé a tomar los sobres no tenía una idea clara de lo que hacía el producto. Sabía que ayudaba a perder peso, pero la verdad es que hace mucho más.
Yo no soy una experta nutricionista, simplemente te estoy contando mi experiencia y la de Antonio. Bueno, y la de muchísimas más personas, pues ahora conozco a mucha gente que lo toma y está encantada. Para el tema “científico” me he informado en varias webs, incluida la del fabricante, para poder escribirte este artículo.
Pero creo que lo que importa es que me funciona.
Eso es lo real.
Cuando tomas Black Latte, empiezas a notar varios cambios en tu cuerpo:
- Absorción de grasa: La fórmula del producto favorece la conversión de la grasa en energía. Vamos, un quemagrasas de toda la vida. Pero este sí funciona, y luego te explico el por qué.
- Eliminación de toxinas: Este es el secreto principal. Y te digo algo muy importante, es precisamente su capacidad de limpiar y filtrar el cuerpo lo que te va a hacer adelgazar. Cuando dejas de tener toxinas en la sangre y órganos, tu mente se aclara, ganas energía, el metabolismo fluye y se activa… y todo eso lleva a equilibrar tu peso.
- Suprime el apetito: Tiene un efecto saciante, aunque a no todo el mundo le proporciona el mismo resultado. A mí me parece más importante el tema de la eliminación de toxinas.
- Efecto diurético: Elimina la retención de líquidos, equilibrando la relación de masa corporal y líquidos sobrantes.
- Favorece la producción de dopamina: Bueno, esto es difícil de valorar. Yo estoy muy feliz, pero por los resultados del producto, no creo que sea porque el producto me hace feliz directamente. Pero bueno, mientras llegue la alegría, ¡bienvenida sea!
Composición
Una de las primeras cosas que hice cuando Antonio me dio los sobres de Black Latte fue estudiar detenidamente los ingredientes. Soy muy quisquillosa con el tema de suplementos, medicamentos y demás.
Los miro y analizo en profundidad.
Esto es lo que lleva Black Latte:
Carbón activado
Es, sin lugar a dudas, el principio activo estrella. Y lo mejor es que no es un producto nuevo, ¡tiene muchos años! Está más que estudiado, y se utiliza TODOS LOS DÍAS en hospitales y centros de salud cuando hay alguna intoxicación, pues depura las toxinas de una forma muy potente. Se emplea en filtros de agua de consumo y es totalmente seguro para el cuerpo humano.
O sea, que no es un invento reciente. La genialidad ha sido pensar en este nuevo uso y combinarlo con el resto de ingredientes.
Y su seguridad está más que probada, lleva siglos utilizándose en el entorno médico.
Una de sus propiedades, además de absorber toxinas, es que también hace lo mismo con la grasa de los alimentos. Descompone los depósitos de lípidos, favoreciendo su transformación en energía.
Sin duda, si tuviera que contar cuál es el secreto de Black Latte, diría que el carbón activado.
Leche de coco
Este es un viejo conocido mío, he llegado a tomarlo hasta en batido. Se supone que tiene una función de limpieza y activación del metabolismo. La verdad es que si lo tomas solo no parece tener un efecto tan potente como cuando se une al carbón activado.
L-Carnitina
La L-Carnitina tiene una muy buena reputación en el mundo de los quemagrasas. Es un principio activo muy útil para luchar contra la flaccidez, disminuir la celulitis y la cantidad de grasa presente en la piel. Esta molécula la fabrica el propio cuerpo, y a través de la lisina y la vitamina C, provoca la quema de la grasa. Envía los ácidos grasos a las mitocondrias.
Tiene también un efecto de potenciación de la masa muscular, y por eso es muy popular entre los deportistas. Y, por si fuera poco, mejora la función cardiovascular y ayuda a la eliminación del colesterol LDL, el malo.
Desde luego, un ingrediente genial.
Omega-3
¿Quién no conoce hoy día las ventajas de los ácidos Omega-3? Todos sabemos su gran valor en la lucha contra el colesterol malo. Pero también tiene una función importante en la descomposición de la grasa. Su presencia favorece el aumento de leptina en nuestro cuerpo. Y esta hormona es la que se encarga de descomponer los lípidos con mayor rapidez.
Hemos de procurar tener siempre una fuente abundante de Omega-3. Con Black Latte, ya la tenemos.
¿Cómo se toma?
Usarlo es bastante sencillo, pero debes ser constante y hacerlo bien o no notarás el efecto. Básicamente, es un sobre con polvo para mezclar con agua caliente, formando una bebida con sabor a café con leche.
Deberás sustituir una comida ligera por Black Latte. Yo lo tomaba en el desayuno, y es lo que recomienda el laboratorio fabricante. Cuando tenía más hambre de la normal, lo acompañaba de una manzana.
Solo es necesario un sobre al día, no más.
El tratamiento dura un mes, y no se recomienda llevarlo más de ese tiempo.
¿Qué vas a notar?
Eso es lo más curioso de este producto. Lo primero que vas a notar no es la pérdida de peso, sino un cambio en tu cuerpo y mente.
Te sientes con más energía, más alegre, vital.
¿Sabes por qué? Por la eliminación de toxinas.
Las toxinas son la fuente de nuestro malestar físico y mental. Cuantas más toxinas, más irascibles y tristes nos sentimos. El cuerpo pesa más, nos cansamos antes, tenemos malestar, incluso a veces pesadez de estómago, náuseas, etc.
Yo diría que los primeros 15 días son de depuración y eliminación de toxinas. No vas a notar pérdida de peso evidente, pero sí más energía.
A partir de la tercera semana, sí empieza a notarse la pérdida de grasa. El cuerpo se define, y la celulitis se reduce.
Y en la cuarta semana sí que es evidente el cambio.
¡Se nota tanto que ya no puedes parar, engancha!
Qué debes hacer para acompañar a Black Latte
Lo bueno de este producto es que no es necesario cambiar tus hábitos para que funcione. Pero te digo algo: no esperes milagros si no haces todo un conjunto de acciones para favorecer el efecto.
Por ejemplo, de nada sirve que tengas más energía y que el metabolismo se haya activado si luego te tumbas en un sillón o te pasas 12 horas delante de un ordenador.
Debes hacer ejercicio. Pero no porque estés tomando el producto, sino porque es un hábito saludable y necesario.
Además, mientras tomes Black Latte procura no ingerir grasas ni productos calóricos. Olvídate de los alimentos procesados, como comidas precocinadas, el azúcar, bollería, etc. No es que te pongas a dieta, es que evites esos productos.
De esa forma, atacarás los kilos con potencia, y verás que en un mes tu cuerpo te lo agradece.
¿Y quién vende este producto?
Bueno, pues si quieres probarlo (cosa que te aconsejo), por el momento los importadores oficiales para España tienen una web que acepta pedidos. Ten cuidado, solo hay una web que vende el producto, y es aquí:
Black Latte no se vende en ningún otro lado, más que nada porque así lo dice el fabricante. Si lo ves en Amazon o eBay, sencillamente son imitaciones, porque ahí no venden.
La verdad es que es bastante nuevo, puede que dentro de unos años lo veamos hasta en la sopa: Mercadona, Amazon, Carrefour… pero bueno, por el momento hay que pedirlo ahí.
Una amiga compró otra marca que decía que llevaba carbón activado y lo único que pasó es que no perdió ni un gramo dos meses después.
Conclusión
Black Latte me ha funcionado muy bien. De hecho, me ha cambiado la vida totalmente.
Yo había probado de todo, y esto ha sido al final lo único que me ha ayudado.
Con otras personas con las que he hablado me han comentado cosas parecidas. Hay personas que lo notan más, otras menos, pero en general todo el mundo está muy satisfecho con el resultado.
Y como no es caro, pues te puedes permitir probarlo. Desde luego, es más barato que casi cualquier otro método.
Pero da igual lo que costase, mi felicidad no tiene precio.
Recuerda, si quieres probarlo, hazlo aquí:
¡Suerte, ya me contarás!